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Fr. David

BREVE RESUMEN DE LA GUERRA CRISTERA EN LA CUAL MATAN AL PADRE DAVID URIBE VELASCO

Esto sucedió durante el gobierno de Plutarco Elías Calles, su periódo Presidencial fue del 1 de diciembre de 1924 al 30 de noviembre de 1928.

El 27 de enero de 1926 la prensa nacional anunció que el Episcopado encabezado por el arzobispo de México, monseñor José Mora y del Río, pediría la enmienda de algunos artículos de la Constitución. El gobierno puso en manos de la justicia las publicaciones casi amenazadoras y giró circulares a los gobernadores clausurar conventos y escuelas confesionales, determinar el número de religiosos y vigilar que estos fueran mexicanos. La reacción no se hizo esperar: la ACJM (Asociación Católica de Jóvenes Mexicanos) y otras asociaciones religiosas apoyaron a la iglesia y el 7 de marzo de 1926 un grupo de cerca de trescientos sacerdotes pidió la suspensión de las disposiciones restrictivas de la libertad religiosa. Hubo manifestaciones y motines.

El gobierno ordenó de inmediato la expulsión de unos doscientos clérigos extranjeros y clausuró centros de difusión religiosa, conventos, colegios, y asilos: fueron cerradas las capillas anexas a los hospitales y a más de dos mil sacerdotes se les negó el permiso para oficiar. Se reformó al Código Penal en materia de disciplina externa y culto religiosos, obligando esta disposición a mantener informadas a las autoridades de las actividades de cada sacerdote. Como respuesta y con autorización del Vaticano, el Episcopado mexicano dispuso que a partir del 31 de julio se suspendiera el culto en todos los templos de la República.

A partir del 15 de agosto de 1926 se inició en Valparaíso, Zacatecas, una revolución armada que ha sido llamada Rebelión Cristera, y que pronto se generalizó en Jalisco, Guanajuato , Colima, Sinaloa, Aguascalientes, Michoacan, Durango, Querétaro, Oaxaca, Coahuila, San Luis Potosí, Tamaulipas, Tlaxcala, Estado de México y Distrito Federal. La guerra fue terrible, sin cuartel y se prolongó por mucho tiempo. El ejérito tuvo que combatir en dos frentes: contra las partidas cristeras muy audaces y activas, encabezadas por los curas Vega y Pedroza, el general Enrique Goroztieta y Ramón Aguilar y a partir de marzo de 1929 contra una gran parte de las fuerzas militares sublevadas principalmente en Coahuila y Nuevo León con el general José Gonzalo Escobar. Debe establecerse que cristeros y escobaristas no estuvieron unidos.

Finalmente, con la intervención del clero católico norteamericano y del embajador de Estados Unidos en México, Mr. Dwinght W. Morrow y los buenos oficios del arzobispo Leopoldo Ruiz y Flores, a partir del 21 de junio de 1929 el gobierno, sin modificar ley alguna, dictó amnistía general, dio todas las facilidades y fue reanudado el culto. Algunos jefes cristeros obcecados quisieron seguir la guerra, aunque fueron perdiendo importancia poco a poco. Para ese entonces Calles ya había entregado el poder.

Semblanza hecha por Luz Aydeé Lara Arizmendi

BIBLIOGRAFIA:

- GOBERNANTES DE MÉXICO

de Fernando Orozco Linares

Editorial Panorama